De los sitiales más oscuros
De aquél rezo inconcluso
Sin saber de ti ni del mundo
Ni de nada conocido, nací.
Luchador desde el inicio
Trovador cansado y sin oficio
La tierra, el vino y tu cariño
¡Que combinación! ¡Qué delirio!
Cual caballero sin fortuna
Sin armadura ni gloria alguna
Así de bendecido por la vida
Desterrado por la muerte misma, viví.
Tanta belleza, tanta osadía
Me matas con sólo mirarme
Aunque aún tus labios
No hayan pasado por aquí.
Hay tanto que decirte
Memorias que aún no existen
Porque esta ausencia tuya
A tenor de mi pluma, me mata.
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