Porque cada experiencia enriquece nuestro conocimiento;
y cada letra encierra una gota distinta del caudal de sentimientos que tiene un escritor.

viernes, 7 de diciembre de 2018

CONFESIONES

Entre susurros, en medio de la noche, entre tanta oscuridad no podía distinguir entre la realidad y la fantasía. El viento no dejaba de soplar que hasta creí estar en alta mar, entre monstruos, piratas, sueños y esperanzas rotas. Mi mirada cansada no pasaba desapercibida, al igual que las gotas de lluvia que yacían en mis cortinas. 

De entre tantas calamidades, te vi. Brillabas más que el sol a medio día, más que cualquier estrella que adorna el eterno infinito. Tu voz tenue me recordaba al sonido de la brisa que me arrullaba cuando me veía perdido entre mi soledad. Debo reconocer que no fue fácil darme cuenta que el fortín que había construido a mi alrededor se estaba quebrando lentamente y sin temor. Esta es la primera vez que entre estas líneas mi musa cobró vida. Después de millones de pasos olvidados, después de la batalla más letal que enfrenté, después de tanto, al fin aquél rostro que inspiraba miles de poemas y escritos sin sentido, tenía forma, color y aliento.

Y es que las mejores experiencias de la vida son fugaces. Los mejores sabores, indescriptibles. No podemos alterar el tiempo ni lo que otros sienten por nosotros. Sin embargo, me niego rotundamente a verte una vez cada mil años. Me niego a sentir que te desvaneces como arena al viento. Tú me dijiste que no era necesario conocer a alguien mucho tiempo para darte cuenta que pueden ser importantes en tu vida. Y como en todo lo que dijiste, en eso también tienes razón. El tiempo es irrelevante cuando se trata de sentir.

De ti aprendí a tomar valor para romper las cadenas que me ataban. Fuiste quien rompió el candado oxidado y viejo que sellaba mis esperanzas. Quiero ser yo, por primera vez en la vida. Quiero sentir y vivir lo que me prohibí por tonterías. Quiero ser en ti el calor que te proteja del invierno, el guardián de tus sueños, el sabor perfecto de tus sinsabores. Quiero despertar y saber que tus ojos, ahí donde están, también brillan por mí. 


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